Manuel Raventós Domènech – El legado familiar –

28.08.2016

Por nuestra finca han pasado más de 21 generaciones de la misma familia trabajando y escuchando la tierra, sus bondades y sus necesidades. Ha sido un trabajo de intuición, amor, pasión y sueños pero siempre siguiendo la tradición familiar.

Uno de los primeros artífices fue Manuel Raventós Domènech, el tatarabuelo de Pepe Raventós, que  ya fue considerado un hombre de empresas para su época.  Fue el que creó el cupaje del espumoso del Penedès en 1888. Además, tomó grandes decisiones en la finca. Construyó el lago que a día de hoy sigue aportando tanto a nuestros vinos, hizo cultivo intensivo y luchó hasta el final contra la filoxera.

Su persona

Consiguió en el 1888 dos medallas de oro en la Exposición de Barcelona con sus vinos espumosos, y con la competencia de los franceses. Fue el creador de la primera revista de agricultura en 1889 y hasta hizo política, en 1907 fue diputado por Valls. Un día tenía que dar un mitin político y en vez de conquistar votos, en un local cerrado, se llevó a sus oyentes a una viña y allí sobre el terreno les dio una lección de poda.

Un hombre de voluntad de hierro, imaginación muy viva, de costumbres austeras y muy trabajador. Su lema en la vida era: “El trabajo es virtud si se practica con fines elevados”. Él lo cumplía a rajatabla.

Su legado

Entre otras cosas, hizo un diario de su vida con el único fin de dejar un legado más allá de los físico a sus hijos. Lo resumió en los siguientes puntos: 1.- amor a Dios; 2.- amor al prójimo; 3.- concepto de la riqueza; 4.- conformidad en las adversidades; 5.- humildad; 6.- concepto de la muerte; 7.- normas en el vivir.

Todos los antepasados han influido en cierto modo en las generaciones que han venido después. Aunque Pepe es partidario de que cada generación ha de empezar desde cero pero el peso de la tradición cuenta e influye, por supuesto. Si algo aprendemos de nuestros antepasados es el cuidado por la tierra, lo más importante. Por eso cuidamos el campo con la agricultura biodinámica porque creemos en nuestra tierra y  sabemos que si invertimos cariño, tiempo y mimo ella nos lo devolverá dándonos el mejor vino posible.  Somos conscientes de que nuestro terroir, enmarcado en un lugar único, Conca del Riu Anoia nos dará vinos únicos. Ese es nuestro objetivo.

  1. ES bueno conocerla historia de las generaciones que se han dedicado a un negocio,hoy me deleité leyendo esta historia, espero vengan muchas más con los otros que dejaron su legado con ustedes.

    • Muchas gracias Rafael por tus palabras! Un fuerte abrazo,

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