Nuestro roble dice adiós

04.05.2016

Nuestro símbolo, el roble de más de 550 años ya no se va a despertar más. Así es la naturaleza. Después de unos últimos años muy cansado ha decidido despedirse.

Imponente. Monumental. Magnífico. Así era el único testimonio vivo de las 22 generaciones de la misma familia que ha trabajado nuestra finca.

Durante estos años le hemos ayudado a ser fuerte para sobrevivir y lo ha ido consiguiendo hasta que esta primavera ya no ha despertado. En 2009 empezó su declive cuando se inclinó y sus raíces se rompieron. Le hemos esperado, observado, interpretado, pero él ha marcado su curso. Por eso durante todos estos años no lo hemos querido mover ni levantar.

Para nosotros él ha sido el vivo reflejo de nuestra manera de mimar a la tierra y a la viña. Siempre con respeto, cariño y mimo.

Su imponente tronco, transformado en monumento-escultura continuará siendo el testimonio de una larga vinculación de una finca y una familia, el origen de lo que hoy es Raventós i Blanc. En este post del blog, le rendimos nuestro más sentido homenaje.

La arquitectura de Raventós i Blanc, fue un espacio dedicado y pensado para este árbol; y se convirtió en el logotipo de esta bodega. Y no sólo ha sido un símbolo de nuestra bodega también del pueblo de Sant Sadurní. Durante años fue el sitio escogido por muchos jóvenes del pueblo para pedirles matrimonio a sus novias. Por las tardes, se celebraban también largas charlas bajo sus sombra. Su vida ha sido larga y rica en experiencias.

Se va pero deja el legado a sus 5 hijos como muestra de su continuidad y de la ilusión del proyecto Raventós. Estos ya lucen fuertes y crecidos en nuestra plaza para seguir contemplando esta maravilla de la naturaleza.

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