La poda termina con el final del invierno, y se inicia con los meses más fríos desde noviembre hasta principios de marzo, meses donde la cepa aún está dormida.
La poda parece un trabajo fácil; tijeras en mano e ir cortando sarmientos, pero la verdad es que no es así. Es un trabajo para expertos que se debe hacer con cuidado y conocimiento. La poda quizás es una de las tareas más importante de todo el ciclo vitícola, y se debe hacer perfecta.
Además, la poda es el primer trabajo del año, el inicio del ciclo de la vid, y hay que pensar bien la estrategia que se quiere conseguir en cada cepa, parcela y variedad. El fruto final dependerá en parte de la buena poda.
La poda tiene como objetivo:
– Dar estructura a la cepa
– Acompañarlo hacia un buen y largo envejecimiento
– Regularizar la producción.
¿Pero cómo conseguimos estos objetivos? ¿Cuáles son las técnicas y sistemas que se utilizan para tener un resultado excelente en la poda?
La cepa es una liliácea, planta trepadora que busca la luz, conseguimos que sea un arbusto a través de la poda. Para dar esta estructura utilizamos los sistemas de conducción que varían en función de la variedad, región y clima. En gran parte del Penedés hay dos sistemas principales que son los que utilizamos en la finca: el tradicional en vaso y en conducción Royat.
Ejemplo de los dos sistemas de conducción
El vaso por nuestras condiciones mediterráneas es el mejor posible.
Los motivos porque es una formación natural, integrado el paisaje, en 3 dimensiones: mejor equilibrio para la planta, buen equilibrio de hojas soleadas y en sombra, uvas no expuestas al sol y aireadas.
La poda en espaldera o en Cordón espaldera es un sistema de poda más apto para mecanización de todo el proceso, más ordenado. En zonas muy soleadas puede provocar sobre maduración porque hay más hojas expuestas al sol. En tierras fértiles es interesante para controlar la vegetación.
Nosotros priorizamos el sistema de conducción en vaso en suelos poco profundos como en las diferentes vertientes de la colina del Serral, donde tenemos suelos menos profundos y menos crecimiento de sarmiento. Y el sistema espaldera en suelos más profundos y fértiles, como la Viña de la Plana, donde podemos controlar con alambres que los sarmientos no caigan al suelo debido su longitud.
Podando la Viña del Lago
Dar estructura a la cepa no es cosa fácil, se debe saber dónde cortar los sarmientos y tener en cuenta todos los factores, por esto decimos que es una de las tareas más importante, ya que es la primera y se iniciará el ciclo con buen pie.
Para conseguir una vida larga de la cepa es importante no hacer heridas en la madera durante la poda. Por ello, independientemente de los sistemas de conducción que se utilicen en cada viña, hay una técnica – la poda de respeto- que es el hilo conductor de cualquier tipo de poda y la que realizamos en la finca:
La idea de la poda de respeto surge de la mano de dos viticultores: François Dal viticultor de Loira y la academia Simonit en Italia: que buscan evitar enfermedades en la madera y alargar la vida de las cepas.
La poda no deja de ser una acción traumática para la planta por ello con la poda de respeto se intenta que la cepa no tenga heridas graves y se recupere de los cortes bien y rápido.
Le principales acciones para garantizar una poda de respeto son:
– Dejamos madera de respeto del tamaño del diámetro del corte para evitar conos de desecación.
– Hacemos cortes pequeños para evitar conos de desecación grandes.
– Respetamos el flujo de savia en los troncos y brazos.
– Recuperamos brazos débiles formando nuevos brazos provenientes del tronco de la vid.
Podando en el Clos del Serral.
Regularizar la producción
Y como último objetivo de la poda, queremos obtener una producción equilibrada para obtener frutos sabrosos con un buen equilibrio de maduración. Aunque quedan muchos meses para la vendimia, con la poda ya debemos preveer qué queremos obtener en cada viñedo y variedad. Para regular esta producción cortamos diferente; podemos diferencia entre:
– La poda corta aplicada a todas las variedades, excepto el Xarelo. Consiste en dejar entre 4 y 6 cabezas, de 2 yemas por cepa. Como vemos en la foto izquierda de la cepa: las cabezas son el trozo de madera (sarmiento) que dejamos cuando hacemos el corte y las yemas es el nudo que aparece en el medio de esté, es donde empezará la brotación.
– La poda mixta en la variedad Xarelos, porque es una variedad poco fértil en madera vieja y equilibramos la producción dejando 1 vara de 4-6 yemas más los 4-6 cabezas de dos yemas.
Como vemos la poda no sólo son tijeras en mano e ir cortando, es un arte y es el primer paso para conseguir unos vinos excepcionales. Es el inicio del ciclo que, después de la poda con las buenas temperaturas comenzará el llanto y la bortación, proceso que culminará con la vendimia, donde veremos en parte el fruto de la poda.
Ahora producimos unos vinos de calidad, de carácter único y con una personalidad propia.
Os invitamos a formar parte de un recorrido apasionante, entretenido, lleno de curiosidades, aventuras y momentos especiales que hoy protagoniza a 21 generación y que sueña con una denominación de origen: Conca del Riu Anoia.
¿Te animas a compartir con nosotros este viaje? Prometemos no defraudarte en el recorrido.
¡Bienvenidos!