En estos meses de estado de alarma, la naturaleza de nuestra finca ha crecido con fuerza y sin parar. Las viñas, y todo el entorno agrícola ha seguido su curso, precipitado incluso por las fuertes lluvias de esta primavera.
Este año ha sido especialmente lluvioso; la pluviometría que llevamos de ciclo es de 661.5mm – de octubre a mayo-; sumando ya tres años con buena pluviometría seguidos; 2018, 2019 y 2020. Lejos quedan aquellos años de extrema sequía. En primavera siempre llueve, pero este ha sido el segundo Abril más lluvioso desde 1950.
Estas lluvias, tan beneficiosas durante el otoño para ayudar a llenar las reservas de agua del suelo y fomentar el crecimiento vegetativo de las cubiertas vegetales; son ahora más delicadas por la presión fuerte de Mildiu.
Hemos controlado bien este hongo gracias a una buena poda en verde, fitoterapia (con ortiga o cola de caballo), aplicaciones de sílice o el P501 y aplicación de bajas dosis de cobre.
Nuestro equipo ha estado puntual a las 7 en el campo cada día para cuidar y seguir de cerca el crecimiento del fruto y garantizar un buen control de toda la finca; la viña, nuestros animales y los otros cultivos que tenemos en aquellas viñas que están en reposo.
Josep, Lluís, Arnau, Joan, Lore y el resto del equipo se han ocupado de continuar los trabajos de poda en verde que ya habíamos iniciado en febrero y marzo; cuidadosamente seleccionando bien cada hoja y tratando de forma individual cada parcela y variedad. En la viña De La Plana, por ejemplo, con un Xarelo joven de 6 años realizamos la formación: dejamos brotes para formar brazos y un par de brotes de seguridad; el resto se tira al suelo para que éste tenga más energía para su desarrollo vegetativo. Y lo mismo hicimos con la reciente plantada Malvasía. En estas cepas hemos realizado el alumbrado para poder dirigir la planta hacia arriba dejando las partes baja ventiladas.
Como sabéis, nuestra finca es una unidad agrícola cerrada; donde además de viña, tenemos bosques, cultivos de cereales, un lago; es un auténtico mosaico Mediterráneo.
Los policultivos que tenemos en Raventós i Blanc nos permiten dejar parcelas en reposo durante un par de años para fortalecer la vida del suelo; en ellas tenemos plantadas mostaza, cebada u otros cereales. Esta primavera la cebada brotó fuerte y a finales de Mayo, los días de calor aceleraron que se secara y pudiéramos segarla y recogerla. Ahora sus balas son comida para nuestros caballos de tiro.
Tenemos cabras, ovejas, caballos.. y otros animales para consumo propio como conejos o gallinas.
Nuestros caballos Henri Crystal y François están ahora felices descansando mientras no trabajan; pasan el día juntos en el campo y sin más preocupaciones. Y nuestro rebaño de ovejas y cabras pastan tranquilas por las zonas boscosas del Serral; o en las zonas cercanas al lago.
Todos los animales, como os hemos explicado ya a veces, tienen un por qué: Estos rebaños nos ayudan a mantener el sota bosques y los márgenes limpios, y además a generar compost para los preparados biodinámicos: en épocas concretas también pastan por la viña para controlar las cubiertas vegetales.
Nuestros caballos son pieza clave en más de 6 Ha de nuestra finca, donde sólo ellos realizan las tareas de arado y siembra. Por supuesto, son el eje central en nuestra parcela más emblemática Clos del Serral; solo trabajada a caballo y con ayuda del hombre. A principios de Abril les tocó trabajar fuerte arando las cubiertas vegetales para así mantener una tierra fresca y limpia.
Tener un suelo más estructurado y reducir la compactación del suelo.
Cuidar planta a planta de forma individual.
Reducir emisiones de dióxido de carbono.
Recuperar un oficio ancestral.
La primavera es también tiempo de biodinámica; aplicamos el preparado 501 de sílice; que estimula la actividad de las hojas equilibrando la formación de las sustancias. Fortalece el efecto de la luz y del calor sobre la planta. Ayuda a tener un desarrollo vegetativo bueno, equilibrado, sano y contribuye a la maduración de la fruta.
Cada una de estas tareas, por pequeña que sea, nos enriquece y aporta el efecto mariposa deseado. Gracias a la experiencia acumulada de más de veinte generaciones cultivando las mismas tierras tenemos un conocimiento exhaustivo y detallado de cada uno de nuestros viñedos en cada ciclo vitícola.
Aún seguimos trabajando cada parcela, 44 en total, con su identidad propia, para cosechar sus frutos con la mejor calidad.
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