¡Descubre más sobre Raventós i Blanc!
Te explicamos las anécdotas y novedades que pasan en cada rincón de nuestra finca.
Desde la bodega hasta la granja
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Durante la maduración vamos probando la uva haciendo controles para determinar el mejor momento de comenzar la vendimia, que se alarga de agosto a septiembre.
La vendimia en nuestra finca se hace de manera manual, realizando una selección de uva, que siempre es cogida con cubos y transportada en remolques pequeños. La proximidad de la bodega hace que la uva pueda ser transportada en el mismo momento de forma rápida y segura. Así llega entera a la bodega, lo que evita la oxidación del mosto.
El prensado es a baja presión, y este primer mosto de más calidad es el que utilizamos para nuestros vinos. Trabajamos siempre en ambiente inerte para mantener la máxima expresión de la fruta.
Realizamos el desfangado estático para limpiar el mosto; este es el proceso de limpieza más respetuoso. Seguidamente, hacemos la fermentación alcohólica a temperatura controlada de 17 a 20 ºC en depósitos de acero inoxidable. Vinificamos las diferentes parcelas por separado.
Una vez terminada la fermentación alcohólica, mantenemos los vinos con las lías y realizamos el batonage dentro de los depósitos.
La experiencia centenaria en nuestra finca, sus suelos, los mesoclimas y la utilización de variedades tradicionales, hacen que ya incluso antes de la vendimia sepamos a qué vino irá destinada cada parcela.
Una vez acabada la fermentación realizamos la cata de los vinos para probar el potencial y la expresión de la añada, siempre ligada a nuestro terruño.
En Raventós i Blanc solo tenemos variedades autóctonas; variedades que con el paso del tiempo y de las generaciones se han adaptado perfectamente a nuestro terruño y a nuestro clima.
En el año 2011 comenzamos a retirar las variedades foráneas y, en la actualidad, solo tenemos Xarel·lo, Macabeu, Parellada, Monestrell, Bastard negre, Sumoll y Xarel·lo vermell.
El tiraje y la segunda fermentación los hacemos siguiendo el método tradicional.
Con crianzas mínimas de 18 meses sobre lías, conseguimos redondear los vinos para que expresen al cien por cien las características salinas y minerales de nuestro terruño y pierdan los desequilibrios de la juventud. Durante esta crianza, las burbujas se refinan y se integran al vino, siendo más pequeñas y agradables, y también se produce la autolisis de las levaduras, que aportan diferentes moléculas que dan cremosidad y volumen a los espumosos.
Por último, hacemos la clarificación manual en pupitres realizando el removido de las botellas durante unos 20 días. Seguidamente, llevamos a cabo el degüelle y la expedición del espumoso.
Nuestros espumosos de más crianza son "no-dosage" y a los de 18 meses podemos añadir hasta un máximo de 5g/l de azúcar.