Más de 10 años de tracción animal en la finca

10 hectáreas y tres caballos 

Hace ya más de una década, por allí el año 2009, empezamos a trabajar con la ayuda de caballos nuestra parcela más emblemática, el Clos del Serral, como alternativa al uso de tractor en un entorno tan único. Los beneficios fueron casi inmediatos, y decidimos ampliar las tareas con tracción animal a otras viñas de la finca; hasta llegar a hoy en que ya más de 10 hectáreas son trabajadas con tracción animal.

Así, en las viñas de Raventós i Blanc se vuelve poco a poco a aquellas épocas en que toda la finca se trabajaba con 8 caballos – como bien recuerda Manuel Raventós-.

Después de más de 10 años trabajando con esta práctica ancestral nuestros viñedos, y con ya tres caballos propios viviendo en la granja de la finca, somos testigos de los grandes beneficios que ello conlleva a corto y largo plazo para las cepas y para los suelos.

¿Qué beneficios nos da la tracción animal?

A corto plazo y de forma inmediata, la tracción animal tienes tres grandes beneficios en el ecosistema, medio ambiente y viñedo:

Pasando la pala de tumbar en la viña del Noguer Alt

  • Reduce las emisiones de C02 solo usamos herramientas de antaño adaptadas a los nuevos tiempos, herramientas de arrastre preparadas para cada tipo de trabajo en el viñedo. Así podemos mantera los viñedos libres de C02 procedentes de maquinaria.

  • Cuida la planta de forma personal: supone el máximo respeto hacia las cepasque en caso de error el animal nunca las rompería y un tractor sí. Además, trabajar con tracción animal es ideal para viñedos viejos en formación en vaso o en parcelas en pendiente, donde la máquina no puede acceder, por su ligereza el animal puede adaptarse al terreno.

Finalmente, pero no menos importante, ayuda a mantener unos suelos más vivos y estructurados. Los suelos y sus nutrientes son los grandes protagonistas a la hora de mantener un viñedo sano y fuerte; ellos son la base para que nuestras variedades locales se nutran.

  • Reduce la compactación: El suelo permanece esponjoso y hay más vida (insectos, hongos, bacterias, gusanos…) y las raíces de las cepas se desarrollan mejor. De esta manera, las cubiertas vegetales crecen con más fuerza y permiten descompactar la tierra y aportan materia orgánica al suelo que es necesaria para su buena fertilidad.

La viticultura biodinámica y regenerativa ayudan enormemente a tener unos suelos vivos, la tracción animal permite mantener los suelos esponjosos, estructurados y así favorecer la vida de miles de micro organismos que habitan en ellos.

 

Trabajos y herramientas de la tracción animal  

Los trabajos se realizan con herramientas antiguas adaptadas, en muchas ocasiones, a las necesidades actuales o mejoradas con nuevas técnicas. Cada una de ellas, tiene una función concreta y específica.

Las tareas fundamentales son: arar la tierra y desherbar, estos son los trabajos que más meses ocupan en el calendario vitícola. Además, sembramos entre pasadas las cubiertas vegetales.

El arado consiste en remover la tierra más profunda para eliminar raíces de hierbas invasoras y airear el suelo. Por otro lado, muchas veces aramos poniendo tierra en la base de la cepa para resguardarla del frío en meses donde puede haber heladas (calzar la cepa) o al revés, tirar la tierra al centro de las pasadas, en las estaciones de más calor para controlar el nacimiento de la hierba.  Trabajos que realizamos con la Pala de tumbar.

Desherbar permite limpiar de forma más superficial las pasadas de las parcelas para eliminar los primeros crecimientos de hierbas que compiten con la cepa por el agua. Para ello, usamos el Vibrocultor. A veces también la utilizamos, una vez la tierra está arada, para prepararla para la siembra.

En viñedos más grandes usamos el Avantren, que permite que dos caballos trabajen a la vez. Y nos permite enganchar a su vez diferentes tipos de herramientas, como la intercepa.

Por último, como decíamos al principio, también sembramos nuestras cubiertas vegetales que posteriormente nos sirven para nutrir los suelos de los viñedos o como comida para nuestros animales. Trabajo que realizamos con la sembradora, que nos sirve para tirar la semilla al suelo de una forma ordenada y regulada.

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¿Cómo son nuestros caballos?

 

Françoise, Henri y Kinder

Al comienzo de esta aventura, los caballos venían de parte de los expertos en tracción animal; con el paso del tiempo decidimos tener nuestros propios caballos. El primero caballo de propiedad fue François Calypso d’Arrien que llegó en el año 2017. Caballo bretón, por su constitución de 1,75m y con un peso de 800kg, es un gran aliado para estas tareas de campo. De carácter amistoso, fuerte y muy dócil.

En el año 2019 le buscamos un compañero: Henri Crystal de Jura. De raza Traït Comtois, pesa 750kg y mide 1,65m, elegante y distinguido, introvertido y serio en el trabajo. Françoise representa la fuerza y Henri es más ágil dentro del viñedo, siendo una combinación perfecta.

Este 2022 llegó Kinder d’Hery. También del Jura (Pont-d’Hery) y con gran parecido físico a Henri. Kinder solo tiene 5 años y pesa 600kg, es joven y está formándose para realizar los trabajos que hacen sus compañeros.

 

Tener caballos en la finca es una manera de recuperar una tradición y que nuestra finca sea lo más sostenible posible. Una finca con un organismo granja vivo en el que los caballos son un pilar fundamental para conseguir tener un suelo vivo y más fértil.

La conexión espiritual que existe entre el hombre, el animal, la planta y la tierra, nos permite un caminar consciente entre las viñas, contemplar y conocer cada cepa.  

 

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